El Jardín de Aclimatación de La Orotava, denominado comúnmente Jardín Botánico de Tenerife y situado en el Puerto de la Cruz (como para confundir a los visitantes foráneos…) es un pequeño paraíso natural que pasa desapercibido para muchos, pero que esconde verdaderas maravillas.
¿Has deseado alguna vez que el tiempo se parara en algún punto, y no volviera a caminar hasta que tú lo decidieras? Seguro que en más de una ocasión has querido alargar más de la cuenta un momento bonito, un instante en el que eras completamente feliz, un paseo junto a alguien especial.
Pues el Jardín Botánico del Puerto de la Cruz tiene la capacidad de detener el tiempo entre sus árboles y plantas exóticas, de llenarte de paz y de aislarte por completo del mundo que avanza frenético afuera.
Y si eres amante de la naturaleza y las flores, además de de esa sensación de calma, podrás disfrutar de una enorme variedad de especies botánicas que tienen su origen en los más remotos lugares del planeta.
Volvamos al principio de los tiempos

El Jardín de Aclimatación de La Orotava se inauguró en el año 1792 según una orden de fundación de cuatro años antes del rey Carlos III de España. Su objetivo era que se reunieran en él plantas exóticas procedentes del Nuevo Mundo y que, tras un período de aclimatación, se llevaran a Madrid y Aranjuez, donde estaban situados sus jardines reales.
Encontrar el lugar idóneo para su emplazamiento llevó un tiempo, y de hecho el rey falleció pocos meses después de dar la orden de fundación. Pero su sucesor quiso continuar con el proyecto y en el año 1790 se empezó a trabajar bajo las órdenes de un arquitecto para construir el Jardín.
Fue en el año 72 cuando se sembraron las primeras plantas, y desde entonces España tiene un pequeño pulmón que respira limpio en el norte de Tenerife.
La confusión de municipios en el nombre tiene también su explicación, y es que, antiguamente, el Puerto de la Cruz se llamaba el Puerto de La Orotava, y pertenecía también a la Villa.
Por si eres de los más curiosos: el traslado de las especies a la capital nunca fue posible, porque el clima de Tenerife poco tiene que ver con el que hay en el interior de la Península Ibérica.
Colección de plantas tropicales del Jardín Botánico de Tenerife

Con una superficie de unos 20000 metros cuadrados, el Jardín Botánico de Tenerife cuenta con destacadas colecciones de plantas de origen tropical y subtropical, todas de gran valor decorativo y, aunque pueda parecer sorprendente, también económico.
En su interior podrás encontrar árboles que despiertan el interés de los amantes de la naturaleza por su belleza, su rareza en algunos casos, su tamaño, su antigüedad o, como ya te adelantamos, porque proceden de lugares de lo más remotos.
Hay cuatro variedades que destacan por encima del resto dentro del Jardín Botánico:
- Palmeras. Una familia muy importante, que se distingue con facilidad por ser de plantas leñosas y porque sus hojas de gran tamaño forman una corona al final del tronco.
- Bromeliáceas. Una familia muy diversa de arbustos o hierbas perennes, procedente de la zona tropical y templada de América. Su especie más conocida es la piña, de la que se obtiene una fruta hoy famosa en el mundo entero.
- Aráceas. También una familia extensa, de más de tres mil especies, y muy fácil de distinguir por su particular flor. Pueden ser hierbas terrestres, acuáticas o, incluso, enredaderas.
- Moráceas. Pueden ser árboles o arbustos y tener la hoja perenne o caduca. Pertenece a la familia de las moráceas el ficus carica, que seguro que te suena más si lo llamamos higo.
Y todas ellas son bastante familiares a los habitantes de las islas, que las contemplan con naturalidad como plantas que han visto crecer salvajes y comercializar en floristerías de toda la vida.
Ciencia, luego magia
El Jardín Botánico del Puerto de la Cruz es una institución científica que lleva a cabo intercambios de germoplasma (término que hace referencia a la variedad genética de las especies vegetales salvajes) a nivel internacional, y mantiene un herbario dedicado en exclusiva a la flora canaria.
Además, tiene en funcionamiento varios programas de investigación sobre las plantas autóctonas del archipiélago y la conservación de endemismos.
Pero dar un paseo entre los árboles del Jardín tiene mucho más de magia que de ciencia. La calma, los sonidos de la naturaleza, ese pequeño universo que se mantiene aislado de los coches que pasan a pocos metros, de flores vistosas y colores vibrantes… todo eso es casi como estar en un sueño, no parece de verdad.
Pero lo es y ahí se conserva, en un pequeño punto del Puerto de la Cruz, más de doscientos años después, como si estuviera al margen del paso del tiempo. Precioso, intacto, esperando nuevas visitas.
Organiza una visita al Jardín Botánico de Tenerife

Seguramente ya tienes claro que no vas a pasar por alto el Jardín Botánico de Tenerife en tus múltiples paseos por el Puerto de la Cruz, y por eso necesitas conocer algunos detalles de cómo están organizadas sus visitas.
Podrás entrar pagando tan solo 3 euros y tendrás que hacerlo cada día entre las nueve de la mañana y las seis de la tarde. Y solo debes tener en cuenta dos cosas: si quieres entrar a la biblioteca o al herbario debes pedir cita previa y solo podrás hacerlo antes de la una del mediodía; y el Jardín permanece cerrado siempre el 1 de enero, el Viernes Santo y el 25 de diciembre.
Ahora ya tienes toda la información clave para saber lo que te vas a encontrar, y solo te falta escoger fecha y hora para recorrer los caminos que esconden un pedacito del trópico en el municipio tinerfeño del Puerto de la Cruz: un Jardín Botánico único, de una riqueza inigualable y accesible para todo el que quiera descubrir el mundo vegetal en su faceta más fantástica y colorida.