Seguramente nunca has oído hablar de la playa del Bollullo, aunque has repasado una y otra vez las guías turísticas de Tenerife. Y seguramente no estaba en tus planes visitarla, pero ahora tienes que hacerle sí o sí un hueco en tu viaje: el Bollullo es uno de los lugares con más encanto, y también más desconocido por los turistas, de la isla de El Teide.
Los puntos turísticos son geniales, por supuesto, y Tenerife está plagado de maravillas que no te puedes perder. Pero si hay algo mágico en viajar es precisamente descubrir los tesoros ocultos que cada rincón te puede ofrecer. Por eso tienes que vivir la experiencia que supone un día en el Bollullo.
Es una playa pequeña, de arena negra, situada en la costa norte de Tenerife junto a otras pequeñas calas al borde del acantilado. Y debes elegirla porque acceder a ella no es peligroso, pero sí una aventura.
Cómo llegar a la Playa del Bollullo
Si nunca has visto cómo el monte y la playa se funden como si fueran una sola cosa, el Valle de La Orotava te dejará sin palabras. Es aquí, en la parte norte de Tenerife, donde se encuentra escondida esta playa de arena fina, a salvo de edificios y urbanizaciones, y con su encanto primitivo intacto.
En la costa de La Orotava y a un tiro de piedra del Puerto de la Cruz, al Bollullo se llega por la carretera de una zona verde de plataneras que se llama El Rincón (si vienes por la autopista norte, debes coger el desvío hacia Puerto de la Cruz-El Rincón). Hasta un punto se puede llegar en autobús, en «guagua» como dicen los lugareños (línea 376), y ahí el camino se bifurca en dos. El coche puede llevarte un poco más lejos, pero el acceso a la playa está reservado para los caminantes. Además, si lo que quieres es vivir una experiencia auténtica, lo mejor es que lleves buen calzado y hagas todo el recorrido a pie.
Merece la pena porque el olor es único, a mar y a vegetación, a plataneras, y la brisa de costa que recorre el acantilado y baja hasta la arena, y en su camino agita las ramas de los árboles que llegan hasta la playa, te brindará sensaciones que hay que vivir, de esas que solo se sienten cuando desconectas del todo.
Sus aromas te trasladan años atrás, a cuando lo normal era vivir en plena naturaleza y los coches, los ruidos y la contaminación no abundaban tanto como hoy en día. Y es increíble poder vivir eso sin tener que viajar kilómetros y kilómetros, a tan solo un paso de la zona turística del Puerto de la Cruz y en el mismo municipio en el que se encuentra el Parque Nacional de El Teide.
La playa del Bollullo es el lugar perfecto para perderse sin perderse, para encontrar la paz sin tener que buscarla muy lejos.
Un enclave auténtico
Quizás por esa sensación única la gente del lugar siente el Bollullo como algo propio y lo protege con tanto mimo.
Quizás por eso, porque es una fusión perfecta de la naturaleza, este pequeño enclave (de tan solo unos 400 metros de longitud) se ha mantenido tan real, tan fiel, tan auténtico.
Quizás porque permanece oculta, porque no está a la vista de todos ni al alcance de quien no esté dispuesto a calzarse unas zapatillas y caminar, sigue siendo un sitio con esencia, como el primer día, y por eso tienes que conocerlo.
Además, su autenticidad no se limita solo al paraje natural, sino que se encuentra también en la gente que la frecuenta, en su socorrista, muy conocido en la zona, y en el chiringuito de la entrada, en el que podrás tomar algo y en el que te tratarán como si fueras uno más.
Una playa ideal para todos
El Bollullo tiene algo especial, eso ya lo sabes, pero lo que la hace ideal es que cautiva a todo tipo de público: es el lugar perfecto para los amantes de la naturaleza, la aventura y la adrenalina, por sus fuertes corrientes y sus olas, a menudo grandes y con carácter. Los que busquen más calma, sin embargo, y también los más pequeños, pueden disfrutar del agua en la zona de la orilla, y jugar y caminar en la arena.
Puedes estar tranquilo porque aunque sus aguas no sean las más serenas, con respeto al mar no te ocurrirá nada. Así lo ha hecho siempre la gente del norte de Tenerife y sigue siendo su playa predilecta. Nadie se priva de un baño en el Bollullo.
Es una playa para vivirla, para pasar un día entero en buena compañía o en soledad, porque acoge a todo el que se acerque a conocerla.
Visita obligada sin importar la estación
Da igual la estación. Esa es una de las maravillas de estas islas del Atlántico, su tiempo siempre amable. No creas que debes tachar al Bollullo de tu lista si no vienes en verano, porque cualquier época del año es buena para visitarla. La primavera y el otoño son también ideales, y con mucha probabilidad lo sea también el invierno.
Y si hiciera algo de frío y eres de esas personas que no se bañan si no hace mucho calor, esta playa es perfecta para un día de picnic cambiando la toalla por una manta y el bañador por un jersey.
Un consejo: sea cual sea la estación, sea cual sea el plan, quédate a ver la puesta de sol, porque te cautivará.
Lo que recordarás de tu viaje
¿Qué es lo que recuerdas de los viajes? ¿Qué es lo que más te gusta de los sitios que visitas? Si tu respuesta tiene que ver con lugares con encanto, mágicos, auténticos,… entonces tus recuerdos de Tenerife tienen que incluir el Bollullo. Se te grabará más allá de las fotos y las postales, se quedará contigo y te hará, sin ninguna duda, querer volver.