La Cueva del Viento es una joya de la espeleología no solo en Canarias, sino también en el mundo, puesto que es el quinto tubo volcánico más largo del planeta Tierra, solo por detrás de túneles volcánicos que se encuentran en la isla de Hawaii.
Historia de la Cueva del Viento
La Cueva del Viento es un testigo viviente de numerosas historias de la isla de Tenerife. Sus paredes son recuerdos de los propios origenes de la isla. Se creó hace 27.000 años tras la primera erupción del volcán Pico Viejo, y como no, los aborígenes canarios, los guanches, utilizaron estos largos túneles para habitarlos hasta la llegada de los conquistadores castellanos.
Sin embargo, no fue hasta 1776 cuando se tuvo alguna referencia escrita de su existencia.
Las exploraciones en profundidad tardaron en llegar, y no fue hasta el año 1970, cuando debido a ello, se realizó una primera topografía de 6 kilómetros de distancia, la cual corrió a cargo de la sección espeleológica de La Guancha. 3 años más tarde, se amplió a 10 kilómetros tras el hallazgo propiciado por espeleólogos del Shepton Mallet Calving Club. En 1989, debido a nuevas exploraciones realizadas por el Grupo de Espeleología de Tenerife Benishare, se amplió 4 kilómetros más la extensión conocida de las galerías subterraáneas.
La Cueva del Viento ha marcado además el desarrollo de la actividad espeleológica en Canarias, la cual es relativamente reciente, estando el foco principal de esta actividad en el estudio de esta histórica cueva.
Condiciones de la Cueva del Viento
Cuando te adentras en las entrañas de la cueva del viento, lo primero que sientes es que te estás transportando hacia épocas remotas y que estás comenzando un viaje por otro mundo.

Las condiciones que te encontrarás en este recorrido son de una oscuridad total y una humedad muy alta. El silencio es tal, que sentirás que el mundo se ha parado.
La oscuridad en el interior de la Cueva del Viento, llega hasta tal punto, que las investigaciones zoológicas realizadas, han demostrado que muchas especies cavernícolas animales que habitaban en su interior, tuvieron que adaptarse a estas condiciones de extrema oscuridad, y transformaron su biología, como por ejemplo, insectos que pierden la vista pero amplifican la sensibilidad de otros sentidos, u otros cuya piel se convirtió en extremadamente sensible a la luz.
La visita guiada
Si deseas conocer la Cueva del Viento, deberás reservar una visita guiada.
La experiencia la iniciarás en el Centro de Visitantes de la Cueva del Viento, donde podrás comenzar a aprender sobre la formación de la cueva y su historia. Posteriormente, los profesionales que se encuentran en el Centro de Visitantes transportarán al grupo en vehículo hasta el lugar de inicio del recorrido.
El comienzo del mismo no es en la propia entrada de la cueva, puesto que previamente se hará un camino a pie, donde se puede observar el entorno que rodea a la Cueva del Viento, parte del cual transcurre por un Camino Real que comunicaba algunos pueblos del norte y sur de la isla. Finalmente llegarás a la entrada a la cueva y comenzará la aventura subterránea.
El camino habilitado para las visitas de los turistas no es nada peligroso, pero aún así te recomendamos que vayas con precaución por dentro de la cueva y estés preparado con calzado adecuado y pantalón deportivo largo. Para extremar las precauciones, la propia organización repartirá cascos para proteger la cabeza durante el recorrido que además vienen acompañados con una linterna, puesto que la cavidad no tiene luz artificial en ninguna parte del recorrido. El resto, te dejamos que lo descubras por ti mismo, para no avanzarte demasiado las sorpresas que podrás encontrarte.

La visita en general es muy interesante, pero conociendo de antemano que estás paseando por el quinto tubo volcánico más largo del mundo, esperas que el recorrido adaptado para la visita del público sea más longevo, y en este sentido, puede que cuando acabes el trayecto te hayas quedado con ganas de caminar un poco más por el interior. Aún así, si eres un aficionado a la naturaleza, a las experiencias distintas y al conocimiento de la historia de los lugares a los que viajas, te recomendamos la visita a la Cueva del Viento.
Cómo visitar la Cueva del Viento
La Cueva del Viento se encuentra situada en el municipio de Icod de los Vinos, lugar también conocido por su famoso Drago Milenario, del que ya hablamos en otra ocasión, así que no dudes que cuando visites este municipio no tendrás tiempo para aburrirte.
El Centro de Visitantes de la Cueva del Viento se encuentra abierto de martes a sábado entre las 9 y las 16 horas, y es necesario realizar una reserva on line para poder acceder a la parte de la cueva habilitada para el público en general.
Los precios de las entradas son 16 € para adultos, (10 € para residentes canarios) y 5 € para niños.
Si decides disfrutar de tu visita al norte de la isla de Tenerife, descansando en nuestros Apartamentos Ambassador en el Puerto de la Cruz, para llegar a la Cueva del Viento, deberás acceder por la Autopista del Norte TF-5 y en dirección a Icod de Los Vinos. La Cueva del Viento se encuentra en Camino los Piquetes 27 y si te desplazas en coche desde los apartamentos, podrás llegar en aproximadamente 28 minutos.
Una experiencia para recordar
La visita a la Cueva del Viento marcará la diferencia con respecto a una visita simple a la isla, ya que no solo te permitirá conocer los bellos paisajes de su exterior, sino también la belleza interior de la isla, testigo de historias ya muy remotas en el tiempo pero cuyo recuerdo aún perdura a lo largo del quinto tubo volcánico más largo del mundo, que como no podía ser de otro modo, podrás encontrar en Tenerife.